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el libro del filósofo judío Erich Unger
Politik und Metaphysik, de
quien Benjamin se hizo amigo en Suiza durante la Primera Guerra
Mundial. La anotación sobre Unger se limita a una frase solamen-
te: “Überwindung des Kapitalismus durch Wanderung”,
62
“supera-
ción” del capitalismo mediante migración. Se trataría de una salida
del mundo mítico del capitalismo a través del movimiento migra-
torio de los pueblos (
Wanderung), del desplazamiento geográfico. En
la página
que cita Benjamin, se lee:
There is only one logical choice: either traffic without friction, or the
migration of peoples…The attack against the ‘capitalist system’ is eter-
nally doomed to failure in the site of its validity… In order to accom-
plish something against capitalism, it is necessary, before everything else,
to leave [
heraustreten] its sphere of efficacy [
Wirkungsbereich], because
within itself, the system is able to absorb any contrary action.
63
El modelo de la
Wanderung a la que se refiere Unger era el
éxodo judío de Egipto (que en griego significa “salida”), con lo
que se vuelve visible la dimensión profundamente religiosa de la
propuesta. Sin embargo, en los tiempos de Benjamin, aquel despla-
zamiento fundamental y redentor ya no era posible. El capitalismo,
como religión culpabilizadora había adquirido ya un alcance uni-
versal. Una de las características del capitalismo planetario es que ha
tornado obsoletas las viejas salidas, volviendo imposible cualquier
movimiento fuera de él; no hay
exilio posible del capitalismo, no es
posible abjurar de él.
LAS PREOCUPACIONES. DE LA DESESPERANZA
A LA DESESPERACIÓN.
Una tercera “salida” que Benjamin explora en las anotaciones fi-
nales de
Kapitalismus als Religion apunta directamente a las raíces;
pretende tocar uno de los orígenes de dicho fenómeno religioso:
Las preocupaciones [
die Sorgen]: una enfermedad del espíritu
propia de la época capitalista. Sin salida espiritual (no material) en
la pobreza, monacato de la vagancia y la mendicidad. Semejante
estado sin salida es culpabilizante. Las “preocupaciones” son el ín-
dice de esta conciencia culpable de la ausencia de salida. Las “preo-
cupaciones” nacen por el miedo de que no haya salida, no material
e
individual, sino comunitaria.
64
Para Benjamin, si el capitalismo puede verse como una reli-
gión, es por su capacidad de satisfacer “las mismas preocupaciones,
suplicios e inquietudes a los que antaño las así llamadas religiones
solían dar una respuesta”.
65
Benjamin apela aquí a la teología me-
dieval cristiana, que considera la acedia y la tristeza como “pecados”,
como enfermedades del espíritu y como síntomas de una particular
“fidelidad a las cosas” que “sólo resulta adecuada a la relación del
hombre con el mundo de las cosas”,
66
es decir, liga al hombre a la
mundanidad y a la inmanencia. En el libro sobre el
Trauerspiel, que
comenzaría a redactar un año después de
Kapitalismus als Religion,
Benjamin afirma que la piedra, uno de los símbolos de la melanco-
lía, junto con el perro y la esfera, contiene una referencia al “con-
cepto teológico de la melancolía”
67
y que la acedia, la pereza del
corazón [
Trägheit des Herzens] es un “pecado mortal”.
68
Del mismo
62. Ibid., p. 102.
63. Erich Unger, Politik und Metaphysik. Die Theorie. Versuche zur philosophischer
Politik, Wurzburg, Würzburg-Königshausen-Neumann, 1994, p. 44, citado por
Michael Löwy,
op. cit., p. 70.
64. Walter Benjamin, Gesammelte
Schriften, libro vi, op. cit., p. 102.
65. Ibid., p. 102.
66. Walter Benjamin, Gesammelte Schriften, libro i, op. cit., p. 333
67. Ibid., p. 332.
68. Idem.
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