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de una imagen para dar cuenta de las relaciones entre capitalismo
y cristianismo: “El capitalismo se desarrolló en Occidente como un
parásito en el cristianismo –como debe mostrarse no sólo respecto
del calvinismo sino también de otras corrientes ortodoxas del cris-
tianismo– de tal manera que, al final, la historia del cristianismo es
esencialmente la historia de su parásito, el capitalismo”.
43
La imagen de la existencia parasitaria del capitalismo en el
cuerpo del cristianismo, considerada frecuentemente por los co-
mentadores como una mera metáfora o artificio retórico, es decir,
como una expresión carente de valor cognitivo, es uno de los pro-
ductos más claros del “pensar en imágenes” que propone Benjamin.
En la imagen del parásito se condensa su principal crítica a Weber,
así como su visión del proceso de establecimiento del sistema ca-
pitalista y de las relaciones con el cristianismo. Mientras que aquél
había conducido su estudio sobre la ética protestante y el espíritu
del capitalismo desde un punto de vista causal, Benjamin, al de-
cidirse por esa imagen para interpretar y expresar las relaciones
entre el cristianismo y el capitalismo, impugna y sustituye la rela-
ción causal, propuesta por Weber, por una relación parasitaria y de
transformación de uno en otro. En su desarrollo y expansión, el
protestantismo sirvió de huésped para las huestes del capitalismo,
quienes lo tomaron por dentro hasta transformase el uno en el otro:
en el capitalismo se transforman todos los elementos que en el
protestantismo definían la relación entre culpa/deuda y expiación.
Esto fue posible, pues para Benjamin lo capitalista del cristianis-
mo y lo cristiano del capitalismo consiste en la relación parasitaria
que ambos sostienen con la culpa/deuda [
Schuld]. La forma de uno
queda conservada y es continuada por el otro.
BUSCANDO
UNA SALIDA
Basado en la ambigüedad “demoniaca” de la palabra
Schuld, que
en alemán significa tanto “culpa” como “deuda”,
44
el diagnóstico
de Benjamin presenta una situación sin salida. Eso se muestra pre-
cisamente en el adjetivo con el que Benjamin
describe el culto que
promueve el capitalismo:
verschuldend, es decir, “inculpador”. La ter-
minación “-d” del adjetivo en alemán, propia del participio pasa-
do, hace referencia a un movimiento o a una acción no concluída,
todavía en marcha, tal como el gerundio en español. En Benjamin
se encuentra una idea del capitalismo como un sistema de culpa
y endeudamiento universal, que se reproduce a sí mismo, sin lí-
mites, en un tiempo mítico, en una espiral mítica de perpetuación
y aumento de la culpa/deuda. Autores como Freud, Nietzsche y
Marx son incluidos en este esquema.
Benjamin afirma que proporcionar una “prueba” de su tesis,
de la estructura religiosa del capitalismo, conduciría a una “polé-
mica universal desmesurada”, pues “no podemos estrechar aun más
la red sobre la que estamos parados” y agrega, en lo que constituye
el único momento optimista del texto: “sin embargo, más tarde
se obtendrá una vista panorámica del asunto”.
45
En el original ale-
mán se lee “später wird dies jedoch überblickt werden”, mientras
que Chad Kautzer traduce esta expresión al inglés de una mane-
ra que recoge notoriamente el momento de claridad y hasta de
dominio venidero que Benjamin evoca con el verbo überblicken:
43. Idem.
44. Nietzsche proporciona en su genealogía de la moral un análisis de esta ambi-
güedad de la palabra y reconduce la culpa moral a la deuda económica: “el sen-
timiento de estar en culpa estar en deuda, el sentimiento de obligación personal
[…] tuvo su origen […] en la más vieja y primigenia relación personal que existe:
en la relación entre comprador y vendedor, acreedor y deudor.” Friedrich Nietzs-
che, “Zur Genealogie der Moral”, en
Kritische Studienausgabe, Berlín, Walter de
Gruyter, 1999, p. 305s.
45. Walter Benjamin, Gesammelte
Schriften, libro vi, op. cit., p. 100.
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“A
commanding view will, however, later become possible”.
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Fren-
te a la fe, que se supone “ciega”, Benjamin se propone ver, ganar
control sobre la situación con la mirada, abarcarla, comprenderla.
El movimiento sin fin que supone el uso del participio como adje-
tivo en
verschuldend [“inculpador”], será detenido, de manera que el
devenir
pueda ser überblickt, “abarcado con la mirada”.
Leyendo el fragmento a la luz de
Para la crítica de la violencia, y
a través del puente que la referencia a Sorel establece entre ambos,
William Rasch enfatiza el espacio sin exterioridad de la violencia
mítica
propia del capitalismo, cuya única salida es la violencia:
Benjamin establece expresamente que el capitalismo como culto de la
culpa/deuda [Schuld] no puede hacerse desaparecer sin más. El culto
hace la deuda/culpa universal, y no hay reforma, o siquiera abjuración
de ese culto, no hay violencia política, Reforma o revolución que pue-
da expiar esa culpa. Frente a semejante poder, el mismo dios se vuelve
impotente. Pero ése es precisamente el punto. La universalidad de la
culpa que impone el capitalismo es llevada a tal extremo que la des-
esperación se transforma en esperanza, la esperanza de una completa
destrucción del mundo tal como lo conocemos.
47
La apelación a la violencia y a la destrucción como únicas
formas de acabar con la expansión “parasitaria”
48
de la economía
capitalista son expresión y consecuencia del “rechazo de
toda ten-
dencia política actual”
49
por parte de Benjamin. Desde esta pers-
pectiva puede entenderse la crítica al superhombre nietzscheano
como la perfecta encarnación “del tipo de pensamiento capitalista
religioso”.
50
Nietzsche es parte de la matriz que Benjamin conside-
ra necesario destruir. La noción de Übermensch se funda para Ben-
jamin en una concepción de humanidad construida a partir de la
categoría de incremento o intensificación [
Steigerung]. Esta intensi-
ficación de lo humano rechaza la expiación, la penitencia y la con-
versión, y desplaza el “salto apocalíptico” al ámbito del incremento,
del crecimiento y de la intensificación de una forma de humanidad,
“que religiosamente es y se mantiene como endeudamiento/incul-
pación”.
51
Una crítica similar se aplica al marxismo: “el capitalismo
sin conversión [nicht umkehrende] deviene con el interés simple
y el interés compuesto, que son función de la
culpa/deuda [
Schuld]
(ver la ambigüedad demoníaca de este concepto), socialismo”.
52
Sin
embargo, en el fragmento se encuentran también registros de dife-
rentes salidas posibles al infierno del capitalismo.
53
En la lista de la
bibliografía que Benjamin planeaba usar se encuentran consignadas
obras de autores que tienen en común no sólo haber analizado la
estructura del capitalismo, como Max Weber, Ernst Troeltsch y Bru-
no Fuchs, sino haber intentado romper, en la teoría o en la praxis,
y sin éxito, la inmanencia propia del sistema, tales como el socialista
Gustav Landauer, Georges Sorel o Erich Unger.
LA VI(D)A DEL DINERO
Cuando Benjamin entró en contacto con Simmel,
54
éste era un
docente popular un Berlín, y Benjamin un estudiante curioso que
46. Walter Benjamin, “Capitalism as Religion”, en op. cit., p. 259.
47. Rasch, William, “Schuld als Religion”, en Dirk Baecker (ed.), Kapitalismus als Reli-
gion, Berlín, Kadmos, 2003, pp. 249-264.
48. Walter Benjamin, Gesammelte Schriften, libro vi, op. cit., p. 102.
49. Walter Benjamin, Gesammelte Briefe, vol. 2, op. cit., p. 46.
50. Walter Benjamin, Gesammelte Schriften, libro vi, op. cit., p. 102.
51. Idem.
52. Ibid., p. 102.
53. Löwy analiza algunas de las salidas que plantea Benjamin, pero descuida otras
que yo presento en este texto. Véase Michael Löwy,
op. cit., pp. 68-70.
54. Sobre la relación entre Simmel y Benjamin, véase Marian Micko, Walter Benjamin
und Georg Simmel, Wiesbaden, Harrassowitz Verlag, 2010. Sobre Simmel, véase
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