ilimitadamente en las condiciones más artificiales -por ejemplo los huro-
nes y los conejos tenidos en cajones-, lo que muestra que sus órganos re-
productores no son tan fácilmente alterados, así también algunos anima-
les y plantas resistirán la domesticación y el cultivo y variarán muy lige-
ramente, quizá apenas más que en estado natural.
Algunos naturalistas han sostenido que todas las variaciones están re-
lacionadas con el acto de la reproducción sexual; pero esto seguramente
es un error, pues he dado en otra obra una larga lista de sporting plants,
como los llaman los jardineros y hortelanos; esto es: de plantas que han
producido súbitamente un solo brote con caracteres nuevos y a veces
muy diferentes de los de los demás brotes de la misma planta. Estas var-
iaciones de brotes, como puede llamárseles, pueden ser propagadas por
injertos, acodos, etc., y algunas veces por semilla. Estas variaciones ocu-
rren pocas veces en estado natural, pero distan de ser raras en los culti-
vos. Como entre los muchos miles de brotes producidos, año tras año, en
el mismo árbol, en condiciones uniformes, se ha visto uno sólo que tome
súbitamente caracteres nuevos, y como brotes de distintos árboles que
crecen en condiciones diferentes han producido a veces casi las mismas
variedades, por ejemplo, brotes de melocotonero que producen nectari-
nas, y brotes de rosal común que producen rosas de musgo, vemos clara-
mente que la naturaleza de las condiciones es de importancia secundaria,
en comparación de la naturaleza del organismo, para determinar cada
forma particular de variedad, quizá de importancia no mayor que la que
tiene la naturaleza de la chispa con que se enciende una masa de materia
combustible en determinar la naturaleza de las llamas.
Efectos de la costumbre y del uso y desuso de los órganos; variación
correlativa; herencia
El cambio de condiciones produce un efecto hereditario, como en la é-
poca de florecer las plantas cuando se las transporta de un clima a otro.
En los animales, el creciente uso o desuso de órganos ha tenido una infl-
uencia más marcada; así, en el pato doméstico, encuentro que, en pro-
porción a todo el esqueleto, los huesos del ala pesan menos y los huesos
de la pata más que los mismos huesos del pato salvaje, y este cambio
puede atribuirse seguramente a que el pato doméstico vuela mucho me-
nos y anda más que sus progenitores salvajes. El grande y hereditario de-
sarrollo de las ubres en las vacas y cabras en países donde son habitual-
mente ordeñadas, en comparación con estos órganos en otros países, es,
probablemente, otro ejemplo de los efectos del uso. No puede citarse un
animal doméstico que no tenga en algún país las orejas caídas, y parece
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probable la opinión, que se ha indicado, de que el tener las orejas caídas
se debe al desuso de los músculos de la oreja, porque estos animales ra-
ras veces se sienten muy alarmados.
Muchas leyes regulan la variación, algunas de ellas pueden ser vislum-
bradas y serán después brevemente discutidas. Sólo me referiré aquí a lo
que puede llamarse variación correlativa. Cambios importantes en el em-
brión o larva ocasionarán probablemente cambios en el animal adulto.
En las monstruosidades son curiosísimas las correlaciones entre órganos
por completo distintos, y se citan de ello muchos ejemplos en la gran
obra de Isidore Geoffroy Saint-Hilaire sobre esta materia. Los criadores
creen que las patas largas van casi siempre acompañadas de cabeza alar-
gada. Algunos ejemplos de correlación son muy caprichosos: así, los ga-
tos que son del todo blancos y tienen los ojos azules, generalmente son
sordos; pero últimamente míster Tait ha mostrado que esto está limitado
a los machos. El color y particularidades de constitución van juntos, de lo
que podrían citarse muchos casos notables en animales y plantas. De los
hechos reunidos por Heusinger resulta que a las ovejas y cerdos blancos
les dañan ciertas plantas, de lo que se salvan los individuos de color obs-
curo. El profesor Wyman me ha comunicado recientemente un buen
ejemplo de este hecho: preguntando a algunos labradores de Virginia
por qué era que todos sus cerdos eran negros, le informaron que los cer-
dos comieron paint-root (Lachnanthes), que tiñó sus huesos de color de
rosa e hizo caer las pesuñas de todas las variedades, menos las de la ne-
gra; y uno de los crackers -colonos usurpadores de Virginia- añadió:
«Elegimos para la cría los individuos negros de una carnada, pues sólo
ellos tienen probabilidades de vida». Los perros de poco pelo tienen los
dientes imperfectos; los animales de pelo largo y basto son propensos a
tener, según se afirma, largos cuernos; las palomas calzadas tienen piel
entre sus dedos externos; las palomas con pico corto tienen pies peque-
ños, y las de pico largo, pies grandes. Por lo tanto, si se continúa seleccio-
nando y haciendo aumentar de este modo cualquier particularidad, casi
con seguridad se modificarán involuntariamente otras partes de la es-
tructura, debido a las misteriosas leyes de correlación.
Los resultados de las diversas leyes, ignoradas u obscuramente conoci-
das, de variación son infinitamente complejos y variados. Vale bien la
pena el estudiar cuidadosamente los diversos tratados de algunas de
nuestras plantas cultivadas de antiguo, como el jacinto, la patata, hasta la
dalia, etc., y es verdaderamente sorprendente observar el sinfín de pun-
tos de estructura y de constitución en que las variedades y
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