Biografias



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ARNOLD KRUMM-HELLER NACIÓ EN SALCHENDORF, ALEMANIA EL 15 DE ABRIL DE 1876 Falleció el 19 de abril de 1949

El Coronel Arnoldo Krumm-Heller "Huiracocha" fue un militar mexicano de origen alemán que participó en la Revolución mexicana.

. Su familia había emigrado a México en 1823. Estudió medicina en Alemania, Suiza y México llegando a ser Doctor honoris causa por la Universidad de México.

Comisionado por el Ministro de Guerra estudió el servicio sanitario en campaña durante la Primera Guerra Mundial, asistiendo al congreso Médico de Budapest con un trabajo sobre la malaria. Perteneció a numerosas sociedades científicas.

Tomó parte en la Revolución maderista y más tarde en el bando constitucinalistas con Venustiano Carranza ingresando a las fuerzas del Gral. Pablo González Garza. Durante la lucha contra Victoriano Huerta y la Convención de Aguascalientes realizó varias misiones secretas en Europa, siendo causa de que Carranza fuera acusado por los Estados Unidos de germanófilo. Fue Coronel Médico Militar del Ejército Mexicano y Director General de las Escuelas de Tropa. Como diplomático fue Ministro de México en Suiza y en Alemania hasta el final de la Primera Guerra Mundial.

Pero su mayor atención la dedicó a los estudios de Esoterismo, Espiritismo, Teosofía, Ocultismo, Martinismo e Iluminación Espiritual, tal como él mismo lo describe en su autobiografía. Publicó varios libros y artículos que después se detallan. Alcanzó el grado 3-33-99 máximo de la Masonería, fue Comendador Mundial de Fraternidad Rosa-Cruz Antigua y Arzobispo Supremo de la Iglesia Gnóstica.

Hacia el final de la Segunda Guerra Mundial debió permanecer oculto hasta la llegada de las tropas americanas debido a la persecución a que fue sometido por el régimen nazi. Falleció el 19 de abril de 1949 en Marburg, Alemania.

Libros publicados


  • Rosa Esotérica

  • Logos Mantram Magia

  • Del Incieso a la Osmoterapia

  • Mi Sistema

  • Humboldt

  • El Tatwametro

  • Conferencias Esótericas

  • Biorritmo

  • La Iglesia Gnóstica

  • Plantas Sagradas

Arnold Krumm Heller es un verdadero ocultista y un verdadero maestro. Sus logros en el camino de la autorrealización íntima del ser son asombrosos y malamente pueden ser narrados a la mente cainita especulativa. Más bien quedan para el que pueda ver al maestro oficiar en persona. No obstante quien quiera documentarse en la medida de lo posible sobre la vida del maestro Huiracocha debe ser referido al texto de H. S. Tsadhe titulado Krumm Heller, el Rosacruz).


































FULCANELLI- 1.877- 1.932 FRANCIA

Es mucho lo que se ha escrito sobre la vida de este personaje, pero la mayor parte de sus biografías están basadas en testimonios inciertos, pues al parecer ocultaba expresamente toda información sobre su persona, propiciando la circulación de infinidad de rumores. Algunos han especulado sobre su posible nacimiento en 1877 en Villiers-le-Bel (Francia) y su muerte en la pobreza en París el año 1932.

Fulcanelli se movió hasta los años veinte del siglo pasado por Francia y ocasionalmente por España: País Vasco, Sevilla y Barcelona. Para algunos era un personaje de vasta erudición con importantes contactos y relaciones con círculos selectos e influyentes, como Eugène Emmanuel Viollet-le-Duc, arquitecto y restaurador de catedrales góticas francesas, con quién compartió su admiración y estudio por el arte gótico, lo que le permitió interpretar con éxito el papel que la alquimia juega en las esculturas que adornan estas construcciones, muy especialmente las impresionantes representaciones en las gigantescas catedrales góticas (relieves, portadas, escultura, suelo, vidrieras).

La identidad de Fulcanelli, está por dilucidar. Incluso podría ser un seudónimo de un colectivo de alquimistas. El nombre de Fulcanelli parece estar relacionado mediante la cábala fonética con Vulcano-Hélios o bien con Vulcano-Hellé .

Con la escasa información y los comentarios de su discípulo y albacea Eugène Canseliet, diversos autores han adelantado varias hipótesis sobre su identidad:


  • Julien Champagne, pintor francés (hipótesis de Robert Ambelain, René Schwaller de Lubicz, Jules Boucher y Geneviève Dubois).

  • Camille Flammarion, eminente astrónomo francés (esta hipótesis es sostenida por Frédéric Courjeaud).

  • El notario o escribiente Rosny-Aîné.

  • Pierre Dujols, librero parisino de la época.

  • René Schwaller de Lubicz (versión sostenida por el científico Jacques Bergier).

  • F. Jollivet-Castelot (tesis doctoral de Pierre Pelvet).

  • Eugène Canseliet (versión de Paul Le Cour).

  • El llamado conde de Saint Germain (un personaje, supuestamente inmortal, que aparece públicamente en cada siglo).

  • Jules Violle, físico francés de renombre (versión de Patrick Rivière y de Jacques Keystone).

  • Alphonse Jobert, doctor francés (versión sostenida por Richard Khaitzine.

Jacques Bergier menciona en su libro "El retorno de los brujos" que Fulcanelli y otro alquimista se dedicaron a visitar a los más conocidos físicos nucleares entre las dos Guerras Mundiales. Ambos describieron somera pero muy gráficamente en qué consistía un reactor nuclear y advirtieron de los peligros de las sustancias subproductos de las reacciones. Esto pasó sin mayores atenciones respecto de los científicos hasta que Fermi logró la primera reacción en cadena. Alguno de los visitados recordó, entonces, la conversación mantenida con alguno de los dos supuestos alquimistas y comunicó la historia a los servicios de inteligencia correspondientes. Inmediatamente los servicios aliados comenzaron la búsqueda de ambos personajes. Fulcanelli fue imposible de encontrar, mientras que la otra persona resultó fusilada en el norte de África por ser colaboradora de los alemanes. Es muy difícil hallar pruebas de tales cosas, más allá del texto del libro antecitado. Jacques Bergier fue ayudante del físico francés Louis de Broglie y formó parte de la inteligencia de los Aliados.

Si esto es cierto, es improbable que Fulcanelli fuera un científico conocido, pues hubiera sido reconocido por algún colega.

A partir de la búsqueda de estos dos personajes y del comienzo de la carrera hacia la construcción de una bomba nuclear los servicios de inteligencia compraron cualquier libro de alquimia que se pusiera a su alcance. No hay comprobación oficial a nivel público de estos relatos, pero tampoco ninguna desmentida conocida.

Fue autor de tres obras cumbres de la alquimia:



  • El misterio de las catedrales y la interpretación esotérica de los símbolos herméticos (Le Mystère des Cathédrales), escrito en 1922 y publicado en París en 1929.

  • Las moradas filosofales y el simbolismo hermético en sus relaciones con el arte sagrado y el esoterismo de la gran obra (Les Demeures Philosophales), publicado en Paris en 1930.

Para algunos pudo haber muerto en un desván de la calle Rochechouart de Paris sin terminar el tercero y último libro que iba a ser el colofón de su obra: Finis Gloriae Mundi, título inspirado en una pintura del pintor sevillano Juan de Valdés Leal que en la actualidad está colgada en la iglesia sevillana del Hospital de la Caridad. En ese libro se completaría la revelación del misterio alquímico o verbum dimissum (La palabra perdida) dando respuesta a los miles de años de búsqueda de los alquimistas.

En el año 2001 apareció en francés un texto con el título de Finis Gloriae Mundi como si fuese el texto que en su momento no se publicó. Para la mayoría de los estudiosos es un texto apócrifo ya que dicha obra relata sucesos que acontecen tras la segunda guerra mundial, fecha para la cual se supone al autor ya fallecido. No obstante, otros estudiosos del tema entienden que el elixir de larga vida no es en modo alguno una quimera de la alquimia, sino una de las pruebas de la consecución de la piedra filosofal. El autor de la versión revisada del Finis Gloriae Mundi afirma en la nueva publicación: " No es costumbre que un adepto vuelva a coger la pluma después de haber franqueado la transmutación (...) abandonemos el manto de silencio con el que se cubre quien pasa por las ascuas del fénix", sugiriendo precisamente esto.

Alquimista del siglo XX. Filósofo y kabalista. Trabajó sobre la kábala fonética. Su gran libro EL MISTERIO DE LAS CATEDRALES es un tratado de simbologia Magistral.

Fulcanelli es el seudónimo de un autor desconocido de los libros de alquimia del siglo XX. Ellos han puesto en marcha una serie de especulaciones sobre la personalidad o grupo que se oculta bajo la seudnimo.Es Mucho se ha escrito sobre la vida de este personaje, pero la mayoría de sus biografías estn basadas en la evidencia incierta, especialmente porque al parecer oculta ninguna información sobre usted , promoviendo la circulación de muchos rumores. Algunos han especulado sobre su posible nacimiento en 1877 en Villiers-le-Bel (Francia) y su muerte en la pobreza en París el año 1932.


ALICE BAILEY (MÁNCHESTER, 16 DE JUNIO DE 1880NUEVA YORK, 15 DE DICIEMBRE DE 1949)

Fue una practicante del esoterismo y escritora inglesa.

En su juventud perteneció al centro de la Sociedad Teosófica de Los Ángeles (EE. UU.). En 1919, Bailey (de 39 años) cortó sus vínculos con la Sociedad Teosófica por varias razones (principalmente la obsesión de Blavatsky con la sumisión y obediencia que supuestamente los discípulos les debían a su maestro). Entonces pudo actuar con más libertad, de acuerdo a sus propios puntos de vista (que ella adjudicaba a las enseñanzas de un maestro de una supuesta «jerarquía oculta».

En el mes de noviembre de 1919, Bailey comenzó a escribir textos que afirmaba que eran dictados telepáticamente por un tal «Tibetano», o «D. K.». Publicó esos textos con el título Iniciación humana y solar. Allí dio a conocer la existencia de la jerarquía espiritual, que Madame Blavatsky ya había difundido, aunque no de manera ordenada.

Más tarde reveló que el tibetano D. K. era el maestro Djwal Khul. Bailey dijo que después de una cierta resistencia inicial (basada en la humildad), finalmente fue persuadida a nombrarlo claramente. Ella escribió usando el nombre del maestro durante 30 años, entre 1919 hasta su muerte, acaecida en 1949.

Alice Bailey fue una esoterista y escritora inglesa cuyo nombre de soltera fue Alice Ann la Trobe-Bateman, nació en Manchester (Lancashire) el 16 de junio de 1880. Y murió a los 69 años de edad, el 15 de diciembre de 1949. Perteneció en su juventud al Centro de la Sociedad Teosófica de Los Angeles (Estados Unidos), de la que luego se separó para actuar con más libertad de acuerdo a sus propios puntos de vista y a las enseñanzas que le impartieron dos Maestros de la Jerarquía Oculta.

Bailey escribió diversos libros, como por ejemplo “Iniciación humana y solar” o “Tratado de mágia blanca”. En ellos sostiene que existe una organización formada tanto por seres humanos vivos como por otros que ya han fallecido, que se reúnen periódicamente en planos no físicos para trabajar en bien de la humanidad. En este sentido, fundó una entidad (la “Escuela Arcana”) sin ánimo de lucro cuya sede central está en Ginebra (Suiza).

En su Autobiografía Inconclusa, uno de sus libros que puede encontrarse en español, ella menciona que tuvo su primer encuentro con el Maestro Koot Hoomi el 30 de junio de 1895, cuando contaba tan sólo 15 años de edad y en circunstancias en que las dificultades y el sufrimiento la rodeaban por todas partes. Desde entonces trabajó durante toda su vida para él, llegando a ser una de las discípulas más avanzadas de su grupo o Ashrama. Por otra parte el Maestro Djwhal Khul, conocido como D.K. o El Tibetano, inspiró o dictó sus libros por medio de la facultad denominada clariaudiencia, que poseía Alice Bailey en marcado grado. El contacto con este instructor se mantuvo durante cerca de treinta años.

Partiendo de un pasado Británico conservador, la vida condujo a Alice Bailey por muchos caminos, pero siempre en una dirección: el momento en que, a través de drásticas experiencias personales, logró la síntesis de apreciación y entendimiento, y una absoluta convicción de que una única vida divina compenetra y anima a la humanidad una; de que el Plan para la humanidad requiere de la colaboración y el servicio de entrenados y dedicados seres humanos inteligentemente informados de los asuntos del mundo, en colaboración con aquellos que forman la Jerarquía espiritual, el gobierno interno del planeta. El trabajo de su vida llegó a ser parte integral de esta síntesis y de este entendimiento. Sin perder en lo más mínimo sus cualidades y compromisos muy humanos, su alma asumió el compromiso con su Maestro, y su personalidad suministró la cooperación total en el campo del servicio aceptado.

Básicamente su trabajo se desarrolló como una dualidad: su servicio de discipulado, que incluyó la fundación de una escuela esotérica; y su acuerdo, al cual fue reluctante en un principio, de trabajar con el Tibetano, Djwhal Khul, en la escritura de una serie de libros que presentarían la etapa siguiente en la continuidad de la enseñanza de la Sabiduría Perenne destinada al presente y futuro inmediato.

Alice Bailey, algo reticente, aceptó emprender su propia autobiografía, hacia el final de su vida. Lo que la hizo decidir finalmente a escribir sobre su vida fue la carta de un amigo que, según nos dice, sentía que “podía prestar un gran servicio si explicaba a la gente cómo había llegado a lo que soy, siendo de utilidad saber de qué manera una activa y rabiosa cristiana ortodoxa llegó a convertirse en una muy conocida instructora esotérica.”

Actualmente, junto con Annie Besant, Alice es considerada como un claro precedente del movimiento actual de la Nueva Era.

Describir la vida de Alice Bailey es narrar una existencia llena de trabajo, esfuerzo y abnegación. Nacida en 1.880 en  Manchester, en el seno de una familia acaudalada, pronto quedó huérfana de padre y madre, permaneciendo junto a su hermana al cuidado de una tía.

Aunque nunca le faltó de nada, no supo adaptarse al convencionalismo social de su época, y ya con 20 años, cuando se independizó, se empezaron a manifestar rasgos de carácter emprendedor e idealista.

Trabajó en diferentes obras cristianas para jóvenes, y por entonces toda experiencia de Dios la veía a través del estrecho prisma del dogma fanático de esta religión.

Un hito en la vida de Alice Bailey lo constituyó su ingreso como trabajadora voluntaria en los Hogares para Soldados que había creado la filántropa Sra. Elise Sandes. Allí, además de atender a la rutinaria labor domestica, dirigía sesiones y sermones evangélicos, pues tal era la seguridad religiosa que creía en ese momento profesar.

El trabajo en esta obra permitió a Alice Bailey viajar a la India a hacerse cargo de varias de sus delegaciones, y ello fue un elemento esencial en su forma de encarar el hecho trascendente de la Divinidad.

Después de un desgraciado primer matrimonio, del que tuvo tres hijas, y que le llevó a Estados Unidos, conoció a Foster Bailey en 1.919, quien sería su marido, compañero inseparable y principal ayudante en la monumental obra que a partir de ese momento asumirían juntos.

Durante 30 años escribió libros, dio cientos de conferencias, atendió a multitud de personas y, y sobre todo, se sobrepuso a su constante mala salud, al menos hasta que la totalidad de la obra que vino a cumplir fue realizada. Murió el 15 de diciembre de 1.949 en Nueva York, rodeada del cariño de las miles de personas que se beneficiaron de su trabajo. La misma tarde de su fallecimiento dijo: “Tengo mucho que agradecer. He vivido una vida rica y plena. Innumerables personas en todo el mundo han sido muy buenas conmigo.”

SU OBRA

Los libros.

Ella siempre dijo que, desde una aparición de un señor de porte oriental en su domicilio británico a los 15 años de edad, que se identificó como el Guía Espiritual Koot Hoomi, siempre tuvo plena conciencia de pertenecer a su Grupo de Discípulos. Como llega a decir en su “Autobiografía Inconclusa”: “Quiero que los Discípulos de Cristo, los Maestros de Sabiduría, sean reales para las personas, como lo son para mí y para muchos miles de personas en el mundo…”

No obstante a esta referida adscripción al grupo del Guía Koot Hoomi, el trabajo que durante 27 años realizó vino determinado por su relación con otro Instructor Espiritual, llamado Dwjal Khul o, más comúnmente “El Tibetano”, dada su procedencia de esa zona del mundo, quien propuso a A. A. B. (Siglas con las que a partir de ahora designaremos a Alice Ann Bailey) trabajar en común, transcribiendo ella la información que Él le dictara telepáticamente. Nos referimos por supuesto al tipo de telepatía superior que excluye la mediumnidad, el trance o la escritura automática, y en la cual el receptor recibe la información en su mente sin perder ninguna facultad superior.

Esta magna obra, por su volumen e información proporcionada, comenzó por el libro titulado “Iniciación Humana y Solar”, (donde se da a conocer la realidad de la existencia de la Jerarquía de Maestros, que Helena Petrovna Blavatsky ya había revelado), y se extendió a lo largo de la práctica totalidad de la vida de A. A. B.

De esta colaboración surgieron títulos como “Tratado sobre Magia Blanca”, dirigido a los estudiantes de la Escuela Arcana con el objetivo de impartir instrucciones sobre el control del cuerpo astral o emocional. En “Tratado sobre los Siete Rayos”, se analizan temas tan variados como la psicología y la astrología esotérica, la curación oculta, dándose además las Catorce Reglas que deben dominar quienes se preparan para la Iniciación.

También se editaron libros como “La Reaparición de Cristo”, “El Discipulado en la Nueva Era” o “La Exteriorización de la Jerarquía”,

Mención aparte merece “Tratado sobre Fuego Cósmico”, que constituye la ampliación esperada de las enseñanzas difundidas en la “Doctrina Secreta” de H. P. B. (a quien el mundo nunca podrá pagar el bien que hizo a la Humanidad) sobre los tres Fuegos, Eléctrico, Solar y por Fricción, y que representa la clave psicológica de dicha Doctrina Secreta.

En general puede decirse que la obra escrita por A. A. B. en colaboración con el Tibetano representa un hito en el esoterismo del siglo XX, por la ingente cantidad de información aportada, la claridad en su exposición y la novedad en su conocimiento, constituyendo un inagotable caudal de “semillas” para acercarse al conocimiento de las Verdades Eternas.

LA ESCUELA ARCANA

En 1.923 el Tibetano sugirió a A. A. B. la conveniencia de crear una escuela de “entrenamiento para el discipulado”. Ella, junto con su marido Foster Bailey y algunos estudiantes, accedió a la solicitud, pero poniendo como condición que ningún Instructor Espiritual interviniese en la Escuela para controlar sus planes o programas de estudio. El Tibetano consideró muy inteligente esa actitud y lo aprobó.

El concepto de Escuela Arcana era la de un Centro donde los miembros tuvieran la libertad, no se vieran obligados a hacer juramentos ni a contraer compromisos; se les proporcionara meditación, estudios y enseñanza esotérica, dándoles total flexibilidad para hacer sus propios ajustes e interpretar la Verdad de acuerdo a su capacidad.

En la Escuela Arcana (que aún hoy sigue impartiendo enseñanza a quien lo desee) no se exige obediencia a nadie, ni tampoco a Maestro alguno. En cambio se recalca la existencia del Maestro en el Corazón, el Alma, que es el verdadero Hombre Espiritual dentro de cada ser humano.

Tampoco se impide que los estudiantes trabajen en cualquier grupo religioso, ocultista, metafísico o iglesia. Sólo se les pide que consideren esa actividad como un campo de servicio a favor de la Humanidad.

Después de décadas de funcionamiento la Escuela Arcana ha dado y sigue dando entrenamiento espiritual a miles de estudiantes con afán de desarrollar más profundamente la chispa espiritual que arde dentro de todo ser humano.



BUENA VOLUNTAD MUNDIAL

Una de las iniciativas más conocidas de A. A. B. y Foster Bailey fue el lanzamiento del movimiento de Buena Voluntad Mundial.

Se produjo entre las dos guerras mundiales, cuando en Europa y en Estados Unidos se genero un fuerte ideal pacifista. Buena voluntad Mundial, movimiento que aún existe y ejerce su benéfica influencia, se creó con el objetivo de aunar las voluntades, sentimientos y pensamientos de todas aquellas personas que creían y creen que los problemas a los que se enfrenta la Humanidad pueden solucionarse a través del dialogo, la negociación y la aplicación de la Buena Voluntad no pasiva, ingenua o débil, sino enérgica y fuerte, con toda la carga que lleva actuar con el ideal de unión y no destrucción, fusión y no escisión, amor y no odio.

Curiosamente se produjo un desentendimiento entre el Trabajo de Buena Voluntad Mundial y el del movimiento pacifista, ya que este último no entendió que B. V. M. tomara partido por las Potencias Aliadas en la II Guerra Mundial, cuando ya todo intento negociador había fracasado. Y es que el movimiento pacifista propugnaba la neutralidad total en el conflicto (mientras Alemania y Japón masacraban países y minorías étnicas), pero B. V. M. asumió el axioma del Cristo de “quien no está Conmigo esta contra Mi”, tomando partido por los Aliados que, al menos parcialmente, representaban los valores de democracia, libertad e igualdad.

También hay que reseñan que B. V. M. ejerció una fundamental labor en la difusión de la “Gran Invocación”, oración o plegaria mundial de Invocación que hoy utilizan miles de grupos en todo el mundo a favor de la paz y de la armonía mundiales.

Buena Voluntad Mundial sigue hoy día congregando a miles de personas en todo el mundo que consideran que la Humanidad puede resolver sus problemas conforme a los principios de Amor y Fraternidad, denunciando que el odio, el separatismo y el egoísmo representan la mayor amenaza para el desarrollo del mundo.



CONCLUSION

Alice Bailey fue una intermediaria (como otros muchos) entre las Verdades espirituales que nos llegan de Planos Superiores y la Humanidad. A costa de su reputación, clase social e incluso desprestigio llevó adelante un enorme trabajo de divulgación de los principios Espirituales que rigen el mundo, a saber



  • Que existe un Dios Trascendente pero que también es Inmanente en todo el Universo, pudiendo los seres humanos expresar por nuestro intermedio los tres aspectos de la Divinidad (Conocimiento, Amor y Voluntad).

  • Que el Universo se rige por la Ley de la Causa-Efecto (conocida en Occidente como la ley del Karma), que tiene como fin equilibrar las fuerzas en todo lo manifestado.

  • Que el Universo se perfecciona constantemente, a través de las miriadas de elementos que lo componemos, y esa es una Ley de Evolución a la que ningún Plano de Manifestación se sustrae.

  • Que la manera de llevar a cabo esa evolución es por la Ley del Renacimiento, por la cual las conciencias cada vez más desarrolladas de todos los elementos que componen el Universo se van perfeccionando por el acúmulo de experiencias en sucesivas manifestaciones.

Alice Bailey fue un eslabón más en esa interminable cadena de Grandes Vidas que aportaron Conocimiento a la Humanidad sin pedir nada a cambio.

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