Turno: 64 / Se reanuda la sesión a las nueve horas



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Igualmente, el señor Quintero, del Grupo Mixto, ha presentado otra enmienda sobre el sistema de financiación de las comunidades autónomas y ciudades con estatuto de autonomía. Sin duda, la financiación autonómica es otro “melón”, ¡qué les voy a contar a sus señorías que no sepan! Sin embargo, no cabe duda de que no es el momento oportuno y, además, desde el ministerio se señala que no existe dicha incongruencia. En cualquier caso, imagino que, dado el descontento generalizado ―porque todos los territorios están por pedir―, en el momento en que la caja lo permita seguramente se podrá revisar el sistema de financiación autonómico.

Hay una enmienda a la dependencia que preocupa al Grupo Socialista y al resto de grupos. En este sentido, el Gobierno ha presupuestado 1405 millones de euros para proteger a los discapacitados y que esa cifra supone en torno a 120 millones de euros más que los que destinó el Gobierno socialista, pero lo digo sin ánimo de polemizar. Además, se hace constar perfectamente que las medidas de las políticas actuales persiguen un reequilibrio sostenible del sistema, garantizando el derecho a la promoción de la autonomía personal y la atención a las personas en situación de dependencia a través del continuo diálogo y colaboración con comunidades autónomas y que, de forma muy especial, se intenta retrasar la incorporación al sistema de nuevos colectivos porque se pretende no perjudicar a ninguno de los beneficiarios de las actuales prestaciones, por entender que lo prioritario en la presente coyuntura presupuestaria es garantizar la atención a quienes ya tienen prestación reconocida, compatibilizando dicha garantía con la corrección rápida y comprometida del déficit público necesaria para el saneamiento de nuestra economía. Por tanto, entendemos que el Grupo Parlamentario Popular y el Gobierno, como el resto de grupos, muestran su sensibilidad en materia de dependencia.

Voy a hacer referencia también a otra enmienda del Grupo Socialista en la que se aboga ―también lo ha hecho algún otro grupo― por la reducción de las bonificaciones cuando se trata en el IRPF de arrendamiento de bienes inmuebles destinados a vivienda. En este caso, se pueden dar situaciones muy dispares y tanto el ministerio como el Gobierno ponen ejemplos muy claros. Si lo que se pretende es que salgan al mercado viviendas a precios muy asequibles, se puede dar la discriminación de que alguien ocupe una vivienda de 70 metros cuadrados para él solo, a un precio respetable, y su propietario tenga la exención a efectos de IRPF y, en cambio, un propietario con una vivienda de 140 metros cuadrados, en la que vivan 6 personas, no puede obtener la bonificación o tan solo una parte de ella. Además, en eso también influye ―y por ello decae― que las rentas de alquiler de una comunidad autónoma respecto de otra son muy variables y no permiten acoger tal supuesto.

En cuanto a la ampliación de la exención a los centros sanitarios del IBI por parte de los ayuntamientos, he de decir al senador Bel, del Grupo de Convergència i Unió, que ello se circunscribe a la autonomía municipal y los ayuntamientos son quienes deben decidir y no el Estado. Por poner un ejemplo, les diré que he tenido responsabilidades en un municipio de más de 40 000 habitantes y el IBI de un hospital y 2 PAC suponía 200 000 euros anuales y la verdad es que nunca cedimos porque eran necesarios para cuadrar el presupuesto. En cualquier caso, insisto en que hay que defender la autonomía municipal.

En otra enmienda defendida por el senador Bel, de Convergència i Unió, se hace referencia a que cuando se produzca un aplazamiento de pago en materia de Seguridad Social, en el caso de que el deudor haya sido eximido de constituir garantías por causas de carácter extraordinario sea simplemente el interés de demora y no el de demora incrementado en dos puntos. Pues bien, la explicación técnica es que lo que se pretende es que los deudores no puedan acudir por sistema a este mecanismo; es decir, vetar que se convierta en una fuente de financiación y, tan solo a modo de ejemplo, la aplicación de esta norma propuesta con los dos puntos para el primer año podía suponer un incremento de la recaudación de la Seguridad Social de entre 7 y 13 millones de euros; una cantidad que hoy es evidente que el Estado no se puede permitir condonar.

Y, dentro de las últimas a comentar puntualmente, el señor Guillot hacía referencia a una modificación del Real decreto ley de actuaciones en el ámbito fiscal, laboral y liberalizadoras para fomentar la inversión y la creación de empleo, en donde se hace referencia a 1500 orientadores y demás para poder seguir trabajando en ello. Pues bien, se informa desfavorablemente, ya que se ha considerado no prorrogar este plan extraordinario tanto con respecto a la medida consistente en las 1500 como promotoras de empleo, como la contratación de 1500 orientadores para el reforzamiento de la red, teniendo en cuenta que el coste efectivo de esta última medida se incluyó en el traspaso de competencias a las comunidades autónomas. Tal cual lo dice el ministerio, así se lo traslado. (El señor vicepresidente, Lucas Giménez, ocupa la Presidencia).

A partir de ahí, señorías, no me queda más que manifestar, para que quede clara la buena voluntad —que creo que se recoge en todo lo que está incluido—, que nos hallamos ante unos presupuestos realistas, unos presupuestos marcados por una situación de excepcionalidad económica, con una deuda pública en torno a los 800 000 millones de euros, más de 5 millones de parados, con familias y empresas sobreendeudadas, con falta de credibilidad en el exterior, con los mercados de crédito prácticamente cerrados y, ante dicha situación de excepcionalidad tan delicada, el Gobierno tiene prácticamente marcada su hoja de ruta, encauzada a través de la consolidación fiscal, la reducción del déficit público para poder conseguir que al final vuelva a fluir el crédito y muy especialmente para los autónomos, pequeñas y medianas empresas y familias en general. Porque, de lo contrario, no se conseguirá reactivar el consumo y, por ende, el crecimiento económico tan deseado y la pertinente creación de empleo. A día de hoy, las administraciones públicas están copando prácticamente la totalidad del crédito. Y, si no se consigue la pretendida reducción del déficit público, es obvio que no volverá a fluir el crédito en la esfera privada.

Pero es evidente que para conseguir volver a generar confianza todos deberemos esforzarnos, hacer renuncias partidistas, dejarnos de experimentar con el territorio, y muy especialmente con la unidad nacional, que, en momentos tan delicados como el presente, debe prevalecer muy por encima de intereses territoriales, que tiempo habrá para debatirlos, ¡faltaría más!, que para esto estamos en la Cámara de representación territorial, puesto que todos navegamos en el mismo barco, pero ahora lo que toca es que el todo mande sobre las partes porque, de lo contrario, no hacemos más que crear desconfianza en el exterior, debilitarnos continuamente, conseguir que los mercados desconfíen todavía más de la marca España, toda vez que perciben que andamos centrados en debates independentistas y reivindicativos que nos llevan precisamente en la dirección contraria a la que debemos ir para salir de la brutal crisis económica y financiera en la que nos hallamos inmersos. Y sobre todo no podemos olvidar que nuestro futuro se llama Europa, cosa que hoy apenas ya nadie discute, le pese a quien le pese. Señorías, es el momento de los encuentros y coincidencias políticas, siendo más necesario que nunca un debate constructivo y positivo.

En definitiva, señorías, todos nosotros, a día de hoy, tenemos una gran responsabilidad; en nuestras manos está que vayamos en la dirección correcta, que sumemos esfuerzos para volver a ser un país fuerte, competitivo, generador de crecimiento económico, prosperidad y empleo o que, por el contrario, optemos por disputas internas, tanto partidistas como territoriales, que puedan hundir a España definitivamente en la miseria con lo que ello supondría para los ciudadanos y ciudadanas de este país. Repito, señorías, en nuestras manos está y, en gran medida, de todos nosotros depende.

Gracias. (Aplausos.)


El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias, señoría.

Turno de portavoces.

¿Grupo Mixto? (Denegaciones.)

¿Grupo Parlamentario Vasco en el Senado? (Denegaciones.)

Por el Grupo de la Entesa, tiene la palabra el senador Guillot.
El señor GUILLOT MIRAVET: Muchas gracias, señor presidente.

Permítame que después de cada arenga intente contestar.

Esta es la Cámara tan, tan, tan territorial que la Comisión General de las Comunidades Autónomas, después de un año, aún no se ha convocado. Esa es la percepción que ustedes tienen del Senado como Cámara territorial. Lo único que realmente expresa territorialidad en el Senado es esa comisión, que además tiene unas funciones específicas sobre el debate de los presupuestos, y aún no la han convocado. La preside el señor Imbroda −creo−; que haga algo, que la convoque. Lo digo para avanzar en ese clima de buen rollito, de unidad, etcétera, que ustedes nos piden.

Insisto en que, después de cada arenga que nos hagan, intervendré para explicarles cuál es nuestra posición.

El debate territorial y el debate partidista frente a estadistas como ustedes… Por favor, ¿a qué juegan? Aquí todo el mundo defiende sus posiciones, todo el mundo hace el esfuerzo de presentar unas enmiendas, y ustedes no pueden reducir las enmiendas que presentamos en el debate de presupuestos por intereses partidistas o por intereses territoriales y autoproclamarse estadistas y defensores de no se sabe qué, porque la percepción que tiene mi grupo es que con estos presupuestos, que son increíbles e irrealizables, ustedes están haciendo un mal servicio al país, pero no a la España en abstracto, sino a los españoles y españolas en concreto en estos momentos de grave dificultad.

Por tanto, aterricen a la realidad. Dense cuenta de cuál es el escenario social y económico que tenemos que afrontar. Dense cuenta de que, gracias a sus políticas, a sus gestos y actitudes, existe un real conflicto territorial entre Cataluña y el Estado. Y aquí hay dos opciones: dialogar y buscar soluciones -pero ustedes no entienden que el diálogo es aceptar críticamente lo que ustedes dicen- o el conflicto. Elijan. Ahora estamos en el conflicto. Si realmente ustedes quieren dialogar, no nos vengan con que aceptemos acríticamente algo que ya saben que no compartimos. No sé a qué viene en cada intervención de cada portavoz la misma historieta, que si el sentido de la responsabilidad, las manos extendidas… No, señorías, porque tener sentido de responsabilidad significa considerar las dos partes; no que nosotros digamos que sí a lo que ustedes proponen, que saben que, de entrada, somos contrarios. ¿Dónde está el acercamiento?

Insisto –disculpen que robe estos minutos-, pero, a cada arenga, si puedo, contestaré.

Gràcies, president. (Aplausos.)

El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias, senador Guillot.

Por el Grupo Parlamentario de Convergència i Unió, tiene la palabra el senador Bel.
El señor BEL ACCENSI: Muchas gracias, señor presidente.

En primer lugar, quiero agradecer el tono del portavoz del Grupo Popular: el tono, que no el contenido.

En todo caso, vayamos al grano. He entendido perfectamente de su intervención que el gran número de enmiendas que se presentan es una gran dificultad para que se puedan aprobar y que, si se presentasen menos, podrían aprobar más. Tranquilo, señoría, le tomo la palabra. En todo caso, lo habla con su grupo, lo habla con el Gobierno y solo nos tienen que decir cuántas enmiendas podemos presentar al presupuesto del año que viene, y, de las que nos digan, me conformo con que me aprueben la mitad. Si ustedes me dicen que 20, presentaré 20 enmiendas y ustedes solo tienen el compromiso de aprobar 10. Me dicen 40, 40. Me dicen dos, solo me aprobarán una, pero, al menos, me aprobarán alguna. Por tanto, que no sea una dificultad que se presenten muchas enmiendas. Ya vamos a presentar menos. No se preocupe, nos ceñiremos a lo que ustedes nos digan. Simplemente, que nos aprueben la mitad de las que presentemos. Y eso seguramente facilitará el trámite parlamentario y que puedan prosperar algunas de nuestras propuestas. En todo caso, espero la respuesta, tenemos tiempo. Será cuestión de negociarlo con el Gobierno, y el año que viene, cuando se esté iniciando el trámite de los presupuestos, nos dicen ustedes cuántas enmiendas nos tocan, y presentaremos exclusivamente esas. Ustedes escojan las que nos quieran aprobar, pero, hombre, ya que nos las remiten, al menos apruébennos la mitad.

Dicho esto, quiero hacer un breve comentario porque lo he oído ya varias veces —lo he oído esta mañana en dos ocasiones y lo oigo ahora-, y les puede servir de consuelo al Grupo Socialista. Todo lo que está pasando en España ya no va a ser culpa simplemente de la herencia. La herencia tenía mucha culpa, pero ahora la va perdiendo, hay otro elemento que es el causante de todo lo malo que va a pasar en España: la deriva soberanista, la deriva independentista de Cataluña; por tanto, ahora ya tenemos dos grandes culpables: la herencia y la deriva soberanista que está produciéndose en Cataluña.

Hagan lo que quieran —el señor Guillot se lo ha dicho de forma muy suave, yo quizá no lo voy a hacer tanto-, pero o no entienden lo que pasa o no entienden los últimos resultados electorales en Cataluña. Y harán las lecturas que quieran, pero están alentando más esta deriva independentista. (El señor presidente ocupa la Presidencia.) La verdad, no es que me preocupe en exceso. Ustedes sabrán cómo lo hacen, por qué lo hacen y por qué el ministro Wert emprende ahora la cruzada ante el catalán, pero o no están haciendo una lectura correcta de la situación en Cataluña o lo que ustedes pretenden, efectivamente, es crear una cortina de humo en relación con la situación en Cataluña. Pero —se lo digo sinceramente— analicen los resultados electorales con cierta tranquilidad, vean qué ha estado votando Cataluña, y si ustedes creen que van en la dirección correcta, persistan. Yo creo que no van en la dirección correcta, se lo digo sinceramente, se están equivocando. En todo caso, será su responsabilidad, pero no intenten decir que el derecho que tiene el pueblo catalán a decidir sobre su futuro es la causa del problema de la situación económica en España o que provoca todos los males que se puedan derivar. Lo que está pasando en Cataluña es una situación que se debe no a lo que ha pasado en los últimos meses. Yo les engañaría. Si quieren lo podemos discutir tranquilamente aquí, tomando un café, o donde quieran, pero negando la realidad, seguro que desde su perspectiva no van a solucionar lo que ustedes entienden que es un problema.

Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Bel.

Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra el senador Pérez Navas.


El señor PÉREZ NAVAS: Gracias, señor presidente.

Brevemente. Lamento, señorías, el rechazo a la enmienda, aunque nos diga que hay más cosas que nos unen que nos separan. Desde luego, en este presupuesto, no; hay más cosas que nos separan de las que nos unen. Prácticamente, no nos une nada en este presupuesto. No podemos entender que prime más el informe negativo de los ministerios —aquí estamos para otras cosas—, y tampoco compartimos con ustedes que estos presupuestos son realistas o creíbles. El Grupo Socialista entiende que son todo menos realistas o creíbles.

Una vez más sus normas generales no tratan -entendemos nosotros- por igual a todos los sectores sociales. No tratan con la misma sensibilidad a todos los sectores sociales, y se ha demostrado en algunas enmiendas que hemos puesto encima de la mesa. Estos presupuestos —en seis meses, nuevamente, por segunda vez— vuelven a carecer de una estrategia de crecimiento, vuelven a ratificar, desde nuestro punto de vista, una ineficacia en la manera de proyectar este país. Son medidas, desde luego, que no ayudan a afrontar esta crisis con solvencia, como país, y que, sin embargo, sí nos perjudican exteriormente.

De su presupuesto, algunas medidas y alguna enmienda de las que hemos visto aquí no persiguen ni van a recaudar mucho más, salvo la de las tasas o la del IVA, pero el resto, en líneas generales, señorías, son medidas que añaden más desigualdad y que hacen el sistema tributario cada vez más desigual, menos progresivo y más injusto. Y eso es lo que hemos intentado corregir lealmente con nuestras enmiendas. Hoy, hemos pretendido corregir aspectos muy sensibles para la sociedad, hemos intentado mantener y proteger a los sectores más desfavorecidos, ayudar y atenuar a las familias en esos recortes y en esas medidas que se les está imprimiendo. Son medidas, señorías, entiéndanme, leales, son medidas que buscan su complicidad y no un ataque y van en la dirección de lo que necesita este país y no en la que ustedes van.

La derogación de la subida del IVA o la vuelta a implantar la independencia o el frenazo de una justicia para ricos y otra para pobres persigue eso, señoría, generar más igualdad, más confianza pero también más crecimiento.

Frente a su manida frase de que nadie entiende la estrategia económica de este Gobierno, lo que millones de españoles le decimos es que ustedes no tienen estrategia y tampoco se espera.

Muchas gracias. (Aplausos.)
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Pérez Navas.

Por el Grupo Popular, tiene la palabra el senador Bosch.


El señor BOSCH LLITERAS: Gracias, señor presidente.

Intervengo simplemente para hacer unos cuantos matices a todo cuanto se ha dicho.

Empezaré, si me permite, por el portavoz del Grupo Socialista, al cual quiero agradecer su tono, pero en cuanto a sus últimas palabras de que no tenemos estrategia ni tenemos programa económico y demás, yo creo que ustedes, señorías del Grupo Socialista, de pocas cosas pueden dar lecciones a esta bancada, salvo de una; en una sí que son catedráticos, en cómo poder quebrar un país en poco tiempo y de forma eficaz. (Aplausos.)

Por otra parte, lamento tener que entrar en este debate -o no lo lamento, tampoco lo buscaba- con el señor Guillot y el señor Bel. Simplemente había apuntado una serie de reflexiones que entiendo que son de sentido común. Al señor Guillot quiero decirle, desde el respeto, que entiendo que con sus intervenciones −y esto se ve en otros senadores− parece que está en una situación de superioridad moral, que quiere dar lecciones a esta bancada del Grupo Popular. Usted nos dice que somos defensores de no se sabe muy bien qué. Pues sí, del sentido común, de la responsabilidad, de la unidad del Estado y de una España fuerte. (Aplausos.) Sí, señor Guillot, sí. Y con un marco legal y constitucional aprobado por todos a base de sacrificios y renuncias, como es la Constitución del 78; y sabemos leer resultados electorales y también textos legales, como la Constitución del 78 que nos dimos todos.

A partir de ahí -el señor Bel está ausente de la Cámara- simplemente quiero decir, y lo hago extensivo a los otros grupos ya que estamos en el debate, que lo que me parece realmente una incoherencia es pretender abrir un melón en un momento tan delicado: la unidad, en donde tenemos el mercado de crédito cerrado, en donde cada titular independista hace subir la prima de riesgo y, sin embargo, en vez de fortalecer estas instituciones democráticas que tanto sacrificio y sudor han costado, ustedes plantan los actos del día de la Constitución. Esto es incoherencia y no el trabajo que está haciendo el Gobierno. Por tanto, si yo fuera ustedes, me lo haría mirar.

Gracias, señorías. (Aplausos.)
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Bosch.

Pasamos a la sección 01, Casa de Su Majestad el Rey.


Sección 01
Hay un enmienda del Grupo Parlamentario Entesa pel Progrés de Catalunya, la número 737.

Para su defensa, tiene la palabra el senador Guillot, por tiempo de tres minutos.


El señor GUILLOT MIRAVET: Gracias, señor presidente.

Permítame que vuelva al debate anterior. Superioridad moral ninguna. Yo respeto sus posiciones y entiendo que ustedes cuando las plantean lo hacen convencidos de que es lo mejor, pero entiéndame que yo polemice con ellas. Por tanto, repito, superioridad moral ninguna, ni se me pasa por la cabeza, y tengo razones para permitirme esta actitud. Usted tiene que aceptar la discrepancia profunda entre mi proyecto y su proyecto. Es así de sencillo.

A la Casa del Rey hemos presentado dos enmiendas a dos puntos diferentes. En una pedimos una reducción, al igual que el conjunto de la Administración pública, de un 25% de la dotación. En la otra pedimos que todas las actividades y bienes de la Casa del Rey gocen de una transparencia que hoy por hoy no tienen. Esta es la defensa que hago de las dos enmiendas que van enfocadas a la Casa Real: reducir su presupuesto y mayor transparencia en la ejecución de sus bienes.

Gracias.


El señor PRESIDENTE: Gracias, senador Guillot.

Para turno en contra, tiene la palabra la senadora Elorriaga.


La señora ELORRIAGA pisarik: Muchas gracias, señor presidente.

Señorías, buenas tardes. Efectivamente, se ha presentado una enmienda a la sección 01, La Casa de su Majestad el Rey. Ustedes plantean reducir un 25% del presupuesto y, por otro lado, plantean el desconocimiento de su desagregación. Yo solo quiero recordarles, señorías, que nuestra Constitución está plenamente vigente, que la Constitución marca las reglas del juego, reglas que se han seguido durante los últimos treinta y cuatro años, y que para modificarla ni valen precipitaciones ni improvisaciones, y, sobre todo, quiero dejarles claro que no se puede modificar la Constitución por la vía de los presupuestos.

Nuestra Constitución en sus artículos 65 y 134 deja bien claro que la Ley de Presupuestos Generales del Estado debe establecer para cada ejercicio, a propuesta del Gobierno, una cantidad global para la Casa Real. Señorías, esta cantidad debe ser suficiente para desarrollar su labor con la independencia inherente a sus funciones constitucionales como jefe del Estado.

Señorías, el rey, según el artículo 65, recibe de los Presupuestos Generales del Estado una asignación que él distribuye libremente. Lo que ustedes proponen no lo consideramos adecuado debido a que la cifra que nos proponen es insuficiente para el mantenimiento de la institución. Yo les pregunto -como ya lo preguntó mi compañero portavoz en el Congreso de los Diputados- ¿se han preocupado ustedes en analizar cómo ha evolucionado el presupuesto de la Casa de Su Majestad el Rey y su relación con el índice de precios al consumo? Pues bien, señorías, en los últimos diez años los Presupuestos Generales del Estado han crecido un 33,54% y el IPC un 30%. Los presupuestos de la Casa del Rey han crecido tan solo un 18%, señor Guillot. ¿Cómo es posible que propongan con esa ligereza una reducción tan absolutamente notable? Señorías, la monarquía, la Casa del Rey es la institución más austera de este país. No sé qué es lo que pretenden. ¿Pretenden asfixiarles, pretenden que no puedan cumplir sus funciones? A mi juicio, lo más lógico hubiera sido que un grupo en esta Cámara hubiese pedido lo contrario, que en vez de una reducción se produjera un incremento para su posible funcionamiento. Estoy segura —como ya se dijo en el Congreso— de que Su Majestad el Rey, con el espíritu de servicio que tiene y su austeridad, nunca lo hubiera consentido.

Vamos a votar, señorías, sin duda, en contra de estas enmiendas por los motivos que les acabo de exponer y también por la labor que Su Majestad el Rey realiza por España y por ser la institución mejor valorada por el pueblo español. Les recuerdo que si quieren conocer la desagregación presupuestaria entren, por favor, en la página web de la Casa Real, que me temo que ni siquiera en eso se han molestado.
El señor PRESIDENTE: Vaya terminando, señoría.


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