Moluscos – Phyllum mollusca



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El delfín tonina, Tursiops truncatus, es altamente apreciada en los acuarios por sus grandes habilidades e incluso su utilidad en algunas terapias con niños discapacitados. Su comercio está regulado por CITES.



Dos especies de ballenas avistadas en aguas de Cuba. La ballena jorobaza (Megaptera noveangliae) es fácilmente identificable por el tamaño de sus aletas pectorales. Existe un área de reproducción históricamente importante en el sudeste del mar Caribe para esta especie, lo que puede haber incidido en que haya sido la especie más observada en Cuba, aunque es considerada rara para esa región.

Los sirenios, el único grupo herbívoro de mamíferos marinos, está conformado a nivel mundial por cuatro especies vivientes, de distribución tropical y subtropical. Su distribución es bastante heterogénea, encontrándose especies en las zonas nerítica y oceánica, incluyendo los ambientes estuarinos y fluviales. El manatí antillano Trichechus manatus manatus, es la única especie del órden Sirenia en Cuba, y se distribuye desde el norte de México hasta la región central de Brasil, incluyendo las islas del Caribe. La otra subespecie, Trichechus manatus latirostris, el manatí de la Florida, se ubica desde Louisiana hasta Virginia en la parte norte del Golfo de México y el sudeste de los Estados Unidos (Jefferson et al., 1993).

El manatí es encontrado en zonas costeras, estuarinas y cuencas fluviales. Ferrer y Estrada (inédito) plantearon la existencia de doce zonas en Cuba donde los manatíes son observados con mayor frecuencia, destacándose la región del Golfo de Batabanó (en la Ensenada de la Broa - Río Hatiguanico al sur de las provincias La Habana y Matanzas). Según Cuní (1910), en 1856 Gundlach refirió que el número de manaties se había reducido notablemente, aunque todavía no era raro, y que ya desde 1901, se dictó una resolución prohibitiva de la pesca del manatí para evitar su extinción.


Las poblaciones del manatí antillano, Trichechus manatus manatus se encuentran seriamente afectadas

por la pesca furtiva y la degradación de los hábitats costeros.
La foca monje tropical, Monachus tropicalis, es la única de los pinnípedos que era posible encontrar en esta región geográfica. Habitaba en la costa del Golfo de México, la península de Yucatán, el Mar Caribe occidental, las Antillas menores y mayores, las Bahamas, y los cayos de la Florida. El último registro que se tiene de la especie fue una observación en 1952, en Serranilla Bank, situado en el Mar Caribe entre Honduras y Jamaica. En Cuba, se han encontrado restos de la foca monje en los asentamientos aborígenes, y se piensa que su desaparición estuvo dada por la sobreexplotación a que estuvo sometida por los colonizadores, para la obtención del aceite, debido a que eran víctimas fáciles por su naturaleza lenta, y porque hasta la llegada del hombre, no tenían enemigos en su hábitat.

Aunque la presencia de mamíferos marinos ha sido documentada en la región del Caribe y ciertas especies como la ballena jorobada y el manatí antillano han sido estudiadas, existe poca información sobre los problemas que afectan su supervivencia en el área y sobre su biología en general. Muchos de los estudios realizados se caracterizan por ser fraccionados y la mayoría de estos no han sido publicados.

Las únicas especies que han sido estudiadas en Cuba a nivel poblacional son la tonina (Tursiops truncatus) en el Archipiélago Sabana-Camagüey, y el manatí antillano (Trichecus manatus manatus). Ambas especies están protegidas por el Decreto-Ley 164, Reglamento de la Pesca comercial, que prohíbe su explotación. Sin embargo, también han sido víctimas de la caza furtiva para el consumo humano, la obtención de grasa, en el caso del manatí, y también para ser utilizada como carnada en el caso de la tonina. Estas especies están expuestas a otras amenazas como la pérdida y degradación de sus hábitats, interrupción del régimen de circulación en las bahías y lagunas interiores (viaductos por el mar y otras construcciones costeras), la contaminación por diversas fuentes terrestres, la eutrofización, el represamiento de los ríos, el incremento de la salinidad, la sobrepesca de las especies presa y el incremento de las actividades náuticas por el desarrollo del turísmo marítimo.

En Cuba, el Acuario Nacional ha venido estudiando la población del delfín Tursiops truncatus, en el medio natural, desde 1983, fundamentalmente en el. Archipiélago Sabana-Camagüey, y ya se han logrado resultados concretos en cuanto a su abundancia, distribución, caracterización morfométrica, estructura poblacional, microbiología, patologías más frecuentes, presencia de metales pesados y geno-toxicidad, en investigaciones conjuntas con otras instituciones. Sin embargo, estos estudios son insuficientes, ya que los datos obtenidos de abundancia relativa (en la costa norte de Matanzas y áreas adyacentes a Cayo Coco), no se corresponden con la densidad de una población determinada, sino solo con una parte de ella, en dos localidades específicas. Se debe continuar estudiando todo el Archipiélago Sabana-Camagüey, para poder definir la abundancia y el área de distribución de la especie en este ecosistema, y confirmar la hipótesis de la existencia de una población panmítica para el mismo. Se sugiere el empleo de otras técnicas de marcaje, como radio-trasmisores VHF, para obtener el registro real de movilidad y límites territoriales del ecotipo costero en el Archipiélago, y hacer extensivo esto a otras regiones del país. Continuar el proyecto de genética poblacional (estructura poblacional) en el área, que unido a los resultados del estudio propuesto anteriormente, permiten establecer criterios de manejo efectivos de la especie, a partir de la identificación de “stocks” empleando varios marcadores moleculares. Profundizar en el estudio de la estructura social de la especie para nuestro país, lo que constituye una herramienta poderosa a tener en cuenta para el establecimiento de los planes de manejo, y emplear métodos más específicos para el estudio de los patrones conductuales, a partir de los resultados obtenidos con la observación ad limitum en investigaciones anteriores (Pérez Cao, 2004).



En el estudio del manatí, se han recomenzado a dar los primeros pasos para el conocimiento de su estado de conservación en el medio natural, por parte del Centro de Investigaciones Marinas y de la Empresa Flora y Fauna, lo que es de vital importancia, por constituir esta una especie severamente amenazada.



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