Operaciones constitutivas del parletre: su escritura en el nudo



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#2031

OPERACIONES CONSTITUTIVAS DEL PARLETRE: SU ESCRITURA EN EL NUDO

SAN MIGUEL, TOMASA; BUCHANAN, VERÓNICA

RESUMEN

Este trabajo se enmarca en la investigación UBACyT “Diagnósticos en el último período de la obra de J. Lacan”. Se ubicarán las operaciones constitutivas del parletre a partir del despliegue del trenzado que constituye el nudo del ser hablante. Nos interesa situar diferentes fallas del nudo para luego abordar la producción de un anudamiento singular a partir del encuentro con un analista en una viñeta clínica.



Para ello definiremos y diferenciaremos lapsus fundamental de lapsus de escritura y sinthome en la última enseñanza de Lacan.

PALABRAS CLAVE

LAPSUS ESCRITURA TRENZA CONSTITUCIÓN

TITLE


CONSTITUENT OPERATIONS OF PARLETRE: ITS WRITING ON THE KNOT ABSTRACT

This work is part of the UBACyT research "Diagnostics in the last period of the work of J. Lacan". Parletre constituent operations will be located after the deployment of the braid that make the knot of the parletre. We are interested in placing different failures on the knot, and will approach the production of a singular knotting from the encounter with an analyst in a clinical case.

We will star making a difference between the fundamental lapsus, wrtitting lapsus and sinthome in the last teaching of Lacan.

KEY WORDS

LAPSUS WRITING BRAID CONSTITUTION

Introducción

Este trabajo se enmarca en la investigación UBACyT “Diagnósticos en el último período de la obra de J. Lacan”. Nos proponemos ubicar las operaciones constitutivas del parletre a partir del trenzado del nudo del ser hablante, situando diferentes fallas del nudo y la producción de un anudamiento singular por el encuentro con un analista en una viñeta clínica.

Para ello definiremos y diferenciaremos lapsus fundamental de lapsus de escritura y sinthome en la última enseñanza de Lacan.

Lapsus fundamental y Lapsus/sinthome de escritura

A partir del establecimiento de las nociones de lapsus y sinthome en el Seminario 23 (LACAN, 1975-76) distinguimos dos modos del lapsus para examinar los tiempos instituyentes en la constitución del parletre.

Ubicamos un primer lapsus que llamamos fundamental, los tres registros sueltos como efecto del impacto de lalengua. Leemos en este lapsus fundamental el “no hay relación sexual” que afecta a todo ser hablante y del cual cada estructura psicopatológica comporta un orden de respuesta. “El lapsus fundamental no es otra cosa que el hecho de que no hay relación sexual” (Schejtman, F. 2013, 185). Es un universal del ser hablante, lalengua en tanto sonido-agujero.

Consideramos que con el Seminario 22 (LACAN, 1974-75) podemos distinguir tres dimensiones del padre que, en tanto operador lógico, no sólo anuda la estructura sino que allí podemos ubicar una dimensión que desanuda y otra del trauma de lalengua como tal, ello nos permite pensar la constitución del parletre y también los tipos de nudos como estructura psicopatológica.

Ellas son:

- Padre agujero-torbellino

- Padre que escupe un nombre, padre del nombre

- Nombre y nombres del padre

El agujero torbellino es el agujero en la estructura, diferente de la producción de una letra surgida desde allí como primer punto de anudamiento entre real y simbólico. Un simbólico que agujerea lo real, y marca un punto, operación de vaciamiento de ese torbellino que implica el lapsus de escritura como primer tratamiento del lapsus fundamental.

Para pensar, en una segunda instancia, el lapsus de escritura tomamos la definición de Lacan en el Seminario 23: “Lo que sostengo con el sinthome, está marcado aquí por un redondel de cuerda, que considero que se produce en el lugar mismo donde, digamos, yerra el trazado del nudo.” (LACAN, 1976, 95) El lapsus de escritura señala el error, la falla en el anudamiento a la vez que funda la posibilidad del inconciente. El sinthome es correlativo del lapsus de escritura.

Destacamos que el nudo mismo falla, que en el nudo se aloja la escritura del lapsus. Y es esta dimensión de escritura la que funda la constitución de la estructura.

Subrayamos la dimensión del lapsus como error en la escritura, escritura del nudo y nos preguntamos por los efectos de esta diferencia. ¿Es que acaso es posible que nos encontremos con el lapsus fundamental sin que la estructura venga a responder con un lapsus-sinthome de escritura? Tanto la neurosis como las psicosis son respuestas de lapsus-sinthome en donde el lapsus fundamental se constituye como mito. Pero en los casos de perturbaciones graves en los tiempos instituyentes nos encontramos con la irrupción de una pura cantidad para la cual aún no ha existido una inscripción que extraiga esa cantidad tanática produciendo un vacío.

Nos orientamos en este punto con el texto “El problema económico del masoquismo” (FREUD, 1924) en donde Freud ubica que el masoquismo primario es proyectado como sadismo produciendo un vacío y que el resto ineliminable de pulsión de muerte se liga a la libido volviéndolo masoquismo erógeno. Proponemos que es posible que sea el encuentro con un analista lo que produce el pasaje del agujero a la inscripción del agujero como vacío.

A partir de la inclusión del concepto de agujero- torbellino consideramos que el encuentro del autista es con el agujero entendido como torbellino, lapsus fundamental. Por ello decimos que lo que se forcluye es una operación de vaciamiento del agujero-torbellino, lo que sería posible si hubiera inscripciones que, en tanto borde, fueran trenzando el nudo a partir de un vacío dando lugar a la constitución finalmente, del sujeto, el Otro de lo simbólico, el objeto a, el cuerpo. Consideramos entonces que es la inscripción de un borde lo que genera el vacío. Distinguimos así dos agujeros: el agujero sin borde, torbellino y el agujero vaciado, con bordes, extracción habilitada por un primer cruce entre los registros.
El autista está en el torbellino sin que se pueda extraer un S1, aquello que en el Seminario 22 (LACAN, 1974-75) Lacan propone como Padre del Nombre.
Luego es necesario pensar los efectos del encuentro con un analista en la vía de extraer una letra de ese enjambre que permita generar un vacío y una inscripción posible. Nos referimos con esto a la operación de la nominación, en tanto “es lo único que hace agujero” (LACAN, 1974, 51). Para ello, presentaremos una viñeta clínica.

“Piñón fijo es mi nombre”


Minoridad consulta por un niño que vive en un Hogar esperando el dictamen final del Juzgado para que vuelva a vivir con su familia biológica o sea dado en adopción.

F tiene 7 años. Su nombre de pila y su apellido son nombres propios lo cual, según la psicóloga que lo deriva, da lugar a que lo llamen de las dos maneras. Asiste a una escuela diferencial, con un diagnóstico de retraso mental moderado con síntomas autistas. Tiene un electroencefalograma patológico.

Hace tres o cuatro años que vive en este hogar (nadie pudo precisar este dato) y se ha encariñado mucho con una de las cuidadoras a quien llamaremos E.

A los 10 meses de vida hace un tratamiento de estimulación temprana en un hospital cercano. Se lo trata como sordo hasta los tres años, donde luego de estudios específicos comprueban que escucha bien.

A su ingreso a ese hospital es evaluado por pediatría quienes detectan un cuadro severo de desnutrición y deshidratación. Se deriva a Servicio Social y se eleva informe al Juez. La madre abandona este tratamiento y le pierden el rastro.

Comienza a hablar cuando ingresa al Hogar alrededor de los cuatro años. Sólo dice globo y nene, tiene especial apego con este objeto y nene dice para nombrarse a sí mismo. Luego va ampliando su vocabulario, nombrando incoherentemente diversos objetos que son de su interés.

En el juzgado realizan entrevistas con la familia materna para evaluar si los chicos podrían vivir con ellos. La madre desconoce quién podría ser el padre de sus hijos. Suponen un diagnóstico de retraso mental también para ella. Vivían en una casa sumamente precaria. Intervienen separando a los niños de la madre cuando, en un episodio bastante confuso, se incendia parte de la casa y la madre se va dejando a los chicos dentro de la misma. Evaluando riesgo para los niños se los deriva a dos hogares diferentes alegando cuestiones de espacio.

Actualmente se decide la consulta a partir de un episodio en la escuela donde F arranca literalmente un inodoro y se lo arroja a una compañera. Las docentes dicen que F rompe y tira cosas muy frecuentemente pero que nunca había sido agresivo. Subrayan que F “no interactúa con otros chicos, su discurso es perseverativo y bizarro. Presenta conductas autoagresivas permanentes y comportamientos destructivos con artefactos del baño que figuran en su monotema. Se lo nota muy fragmentado y habla en tercera persona”. Aclaran que es un “niño con pronóstico reservado”.

Me lo encuentro en la sala de espera antes de su horario. Deambula incesantemente, lo detengo y me presento. Al pasar al consultorio le cuento que me llamaron para que intente ayudarlo y le digo que E está preocupada por él.

Está inquieto, saca todos los juguetes de la caja y los tira al piso. Su lenguaje es ecolálico. Tiene dificultades en la modulación de las palabras, lo cual hace más difícil entenderlo. Repite una melodía que no logro distinguir. Su mirada está extraviada.

Hay un detalle que logro recortar: las frases que repite por iniciativa propia se refieren a la rutina escolar del tipo “saludamos bandera”, “maestras”, etc.

Tira todos los soldaditos al suelo junto con los animales, le rompe la cola a un gallo dice “cola se rompió”. Luego toma los marcadores diciendo, “estudiar”, inmediatamente, un martillo, dice: “trabajar”. Encuentra una tijera y hace el gesto de cortarse el dedo, le digo: “no te lastimes”.

Me mira. Dice “hoja”, pega papelitos, hace un pegoteo con la plasticola y los papeles. Se va del consultorio, pero previamente realiza una recorrida por el baño, abre todas las canillas, tira la cadena, sube y baja la tapa del inodoro.

Mientras hablo con E se tira al piso y se queda mirando su mano que va y viene, al estilo del “aleteo”.

A la vez siguiente descubrimos en la caja un juego de la casita. Toma estos elementos, primero los de la cocina y luego los del baño: inodoro, ducha, canillas, lavatorio. Voy armando los espacios sobre el escritorio, va y viene, intercalando estas secuencias con ir a la ventana y apoyar toda la cara contra ella.

Me pide un caramelo. Se detiene frente al ventilador, prendido del giro. Me pongo a pintar en círculo, se detiene, quiere pintar el inodoro. Hace garabatos, movimientos estereotipados. Se los quiere llevar, le digo que los deje, que después seguimos pintando, se niega gritando y pateando, se golpea contra la pared. Accedo a que los lleve. Dice “Tomasa” cuando le doy un beso de despedida.

En todos los encuentros que tuvimos se repite el juego con la cocina y el baño.

Encuentra una agujereadora en una cajita de herramientas. Agujerea en todos lados. Descubre un espejo de juguete “mirá”, dice y pega el ojo al espejo. Hago como que un muñeco se mira. Dice “mi mamá viene a buscarte el sábado”.

Cito a la madre a través del Consejo de Minoridad. Se presenta una mujer notoriamente deteriorada. Ingresa directamente al consultorio, aunque llega bastante más temprano. Le indico varias veces que me tiene que esperar.

Durante la entrevista me dice, repetidas veces, que “una madre lo que más quiere es estar con sus hijos”. Cuenta que el papá de F se mató, se prendió fuego, porque la mujer le dijo que se iba a separar, el nene no lo conoció. Al rato comienza a dudar si ese era el papá de F o del hermano. Sobre él dice: “es discapacitado hay que darle medicación. Los necesito el día de mañana se muere mi mamá y voy a tener a ellos nada más”.

Nombrarnos:

Instalo como juego el armado de una casita, especialmente el baño, él va diciendo “me baño, me lavo, se lava, se mira”. Juego yo en principio y él se acerca con intermitencias, por momentos se retrae pegando su cara a la ventana, prendido de la luz de la lámpara de mi escritorio o de un movimiento estereotipado que realiza con el picaporte o con sus manos. Cada vez que se termina el encuentro va al baño, lo acompaño, y se repite la escena anterior.

Le pregunto a E que es la melodía que F repite, me dice “no le contó que le encanta Piñón Fijo?”. Me pongo a cantar algunas canciones de Piñón, parece no enterarse, en ese momento estaba con todo su cuerpo pegado al vidrio. Al rato dice “Piñón”, canto un poquito más.

A la semana siguiente, llegando al consultorio escucho “Tomasa!”. Al acercarme sale F corriendo, de atrás de un árbol, hacia mí, riéndose y disfrazado de Piñón. Mi sorpresa es enorme. Juego diciendo “no vino F, vino Piñon Fijo!”. Parece divertirse mucho, entonando esa melodía que ahora me suena clarísima: “Piñon fijo es mi nombre...”. Le pregunto a E a quien se le ocurrió que venga así vestido y me cuenta que él le pidió ponerse el disfraz y que me había nombrado durante la semana.

Hasta aquí el caso. Lo que queremos subrayar es la operación del analista como un efecto de escritura, escritura de un vacío, de un lapsus y esbozo de aquello que podría repararlo vía un tratamiento posible.

Respecto de la articulación entre escritura y estructura, Carlos Ruiz dice: “…Es decir no que partimos de la estructura para escribir sino que tenemos operaciones que podemos hacer en la escritura misma que eventualmente escribirán estructuras diferentes, pero que no son operaciones de estructura. Esto nos lleva a considerar la escritura como algo más que la simple anotación de las propiedades de la estructura (…) A lo que podemos aspirar es a escribir un nuevo término que por su escritura produzca un efecto en la estructura, esto es lo que llamamos reparación”. (RUIZ, C., 2008, 32)

La nominación como escritura de la imposibilidad vía el deseo del analista produce un vacío que permitirá la constitución del nudo. En el caso presentado, se trata de la extracción de una letra, y concomitantemente de la extracción de un exceso y la creación de un resto como ajeno que habilita la regulación del lenguaje y el cuerpo en tanto se equivoca el ser de goce a partir del juego con el nombre.

El tiempo del trenzado

El nudo es la estructura, es la forma en la que los registros se anudan en cada ser hablante. En tanto tal tiene una vertiente sincrónica y una diacrónica que es la que nos interesa subrayar en esta ocasión señalando que el nudo es el producto de un trenzado. Si, de acuerdo con el teorema de Alexander, todo nudo proviene del cierre de una trenza, entonces el nudo supone una detención, una discontinuidad en el tiempo del trenzado.

Nos interesa ahondar en el trenzado de lo que se cerrará en un nudo para localizar las operaciones mediante las cuales se constituye un ser hablante. Lejos de una preocupación por el mito del origen, consideramos que abordar éste recorrido hecha luz sobre las variedades de las neurosis y de las psicosis. La lectura de la trenza como cruces diferenciados en los que se va produciendo el anudamiento para un ser hablante, abre la perspectiva de los diversos modos de fallar ese anudamiento, aunque el nudo que resulte de su cierre sea borromeo, es decir, neurótico.

Consideramos que la intervención del analista, agrega un nuevo elemento en el lugar de la falla de determinada operación constitutiva. Orientación que nos permitirá dar cuenta de la operación del analista entre cualesquiera de los tres registros que para Lacan constituyen la experiencia del ser hablante.

Para cerrar un nudo borromeo de tres eslabones, se precisan tres cuerdas que se trencen regresando cada una a su posición de partida. En este caso, se trata de una trenza de seis puntos de cruce en donde cada una de las cuerdas -es decir de los registros- se cruzará en dos ocasiones con cada una de las otras dos.

Para el caso de la trenza, éstas cuerdas serán lo imaginario, lo simbólico y lo real. En su trenzado se realizarán los siguientes cruces: R-I, R-S, S-I, R-I', R-S', S-I'.

Antes de desplegar las operaciones del trenzado, dejemos señalado que es recién con el segundo cruce entre cada uno de los registros que entre ellos se recorta un agujero (vaciado) en donde Lacan localiza los campos de goce. De éste modo, y retomando lo trabajado en el apartado anterior, los tres primeros cruces del trenzado no permiten aún el cierre del nudo, están desanudados pero escribiendo un anudamiento. Lapsus de escritura que queda así incluído como núcleo del nudo.

En el despliegue de la trenza localizamos los siguientes puntos de cruce ya como respuesta al lapsus fundamental que introduce el impacto de lalengua:



R-I Imagen mnémica

Localizamos en este cruce a la imagen mnémica que se inscribe como signo perceptivo a partir de la vivencia primaria de dolor. Respecto de la cantidad irrumpiente del lapsus fundamental, la imagen mnémica hostil es un primer lapsus de escritura. Esta marca se constituye a partir del goce del Otro cuerpo que recibe al viviente. La dimensión del decir del Otro inscribe como restos vistos y oídos las primeras marcas de escritura del trauma de lalengua.



R-S Huella mnémica

En este cruce se escribe la huella mnémica, saldo de la vivencia primaria de satisfacción y soporte del deseo. Primera escritura de un resto que queda por fuera, perdido por habitar el lenguaje.



S-I Narcisismo primario

Ubicamos en el primer cruce entre lo simbólico y lo imaginario al primer narcisismo, tal como Lacan lo trabaja en el Seminario 1. Se trata del primer esbozo del narcisismo, articulado a una localización del Sujeto. Una primera organización del espacio de la realidad y de la espacialidad del cuerpo, de lo que pertenece y no pertenece al cuerpo. Se trata de la percepción aún no especular (visual) de lo propio del cuerpo y de la disposición del espacio que éste habita.

Si los primeros tres cruces nos permiten localizar lapsus de escritura, los últimos nos permitirán señalar los efectos de anudamiento que permitirán el cierre del nudo.

R-I' Afecto

Vamos a situar en este segundo cruce al afecto como efecto de la lengua y como efecto de anudamiento. Se trata en éste punto del afecto que marca y constituye un cuerpo incipiente ligado a la continuidad imaginario-real, fuera de simbólico. Localizamos en este punto una dimensión del cuerpo que no es simbólica, pero que tampoco es relativa a la imagen ni al objeto a. Vía para introducir una dimensión del cuerpo que resta siempre Otro sin por eso confundirse con el resto que encarna el objeto a.



R-S' Letra

El síntoma se presenta en el Seminario 22 (LACAN, 1974-75) como un efecto de traducción de un Uno, del conjunto abierto de unos de lalengua, por una letra. Este síntoma es letra de goce y supone la articulación entre el Uno y el objeto a. En este punto señalamos que la traducción se soporta de la voz, del decir encarnado del Otro y supone una lectura de la huella mnémica producto de la vivencia primaria de satisfacción.



S-I' Narcisismo

Se trata en el segundo cruce entre simbólico e imaginario del narcisismo en tanto imagen y agujero, de la producción de la imagen especular: i(a). Lacan en el Seminario 1 (LACAN, 1953-54) lo refiere como el efecto de imagen virtual (especular) que se soporta del Ideal del yo. Efecto de aplanamiento del yo y del cuerpo en una imagen de dos dimensiones.

Habiendo señalado los seis cruces entre los registros que permite trenzar el anudamiento borromeo, retomemos que es por la producción de estos cruces que se delimitan: el campo de goce del Otro entre real e imaginario por el cruce de la imagen mnémica y el afecto, goce fálico entre real y simbólico por el cruce de la huella mnémica y la letra de goce, y sentido entre simbólico e imaginario por el cruce entre la percepción no especular del cuerpo y de la realidad, y la constitución especular del yo y el cuerpo.

Concluyendo

En este trabajo nos centramos en producir una diferencia entre el lapsus fundamental como cantidad irrumpiente, trauma de lalengua, del lapsus de escritura que se produce en el armado del nudo y es correlativo del sinthome. Esto se leyó con un caso en donde el encuentro con un analista permite comenzar la escritura del nudo como lapsus-sinthome de un niño.

Por otro lado, se abordó con la trenza la diacronía del armado del anudamiento de los tres registros para ubicar diferentes operaciones en las que el nudo del ser hablante se va constituyendo. Esto permitirá localizar diferentes fallas en el trenzado y dar cuenta de diferentes modos de anudamiento y de escritura del lapsus-sinthome dentro del campo de las neurosis y de las psicosis, avanzando así en la vía de escribir la variedad de las neurosis en el nudo, así como la posibilidad de leer algunos casos que se presentan en la frontera entre neurosis y psicosis.

Finalmente, dejamos planteadas nuestras preguntas que constituirán el eje de futuros trabajos:

a) ¿Cómo soportar la escritura borromea e introducir fallas de escritura? Si el anudamiento neurótico es borromeo, cómo introducir fallas en el nudo sin por eso perder la condición borromea. Una hipótesis a probar se soporta de las reversiones tóricas. Los casos en las fronteras no se explican por fallas sino por exceso de nudo y/o envoltura por reversión tórica a los 3 registros con su sinthome. En éste caso no habría una ‘falla’ en el trenzado sino una operación en más de envoltura. Otra vía de trabajo nos conduce a pensar en el nivel del trenzado la introducción de cruces de más.

b) En la Psicosis se puede ubicar la dimensión del lapsus fundamental: los 3 están sueltos por el hecho de lalengua. Pero se puede escribir de un modo diferente el lapsus de escritura: interpenetración de dos y suelta de uno (SCHEJTMAN, 2013, p.231). Y también se puede escribir el tratamiento que da el sinthome al lapsus de escritura.

En la Neurosis, en cambio, se puede escribir el lapsus fundamental: los tres están sueltos. Se puede escribir el tratamiento que da el sinthome en las seis localidades posibles que entrega el borromeo neurótico (SCHEJTMAN, 2013, p.187). Pero no tenemos forma de escribir el “relámpago” del desencadenamiento neurótico de escribir el lapsus de escritura que sea diferente al lapsus fundamental.
BIBLIOGRAFÍA

FREUD, S. (1895) “Proyecto de psicología para neurólogos”. En Obras Completas, Amorrortu Editores, Tomo I, Buenos Aires, 1997.

FREUD, S. (1924) “El problema económico del masoquismo”. En Obras Completas, Amorrortu Editores, Tomo XIX, Buenos Aires, 2003.

LACAN, J. (1953-54) El Seminario, Libro 1, “Los escritos técnicos de Freud”. Paidós, Buenos Aires, 1984.

LACAN, J. (1973-74) Seminario 21: “Los no incautos yerran o los nombres del padre”. Inédito

LACAN, J. (1974-75) Seminario 22: “R.S.I.”. Inédito

LACAN, J. (1975-76) El Seminario, Libro 23 “El Sinthome”. Paidós, Buenos Aires, 2012.

RUIZ, C. (2008) “Escritura y estructura” en “Elementos para una teoría lacaniana del fenómeno psicosomático”, Grama ediciones, Buenos Aires, 2008



SCHEJTMAN, F. (2013) “Sinthome: Ensayos de clínica psicoanalítica nodal”. Grama ediciones, Buenos Aires, 2013

SHEJTMAN, F. (2014) “¿Qué es un agujero?” en Estudios sobre el autismo de J-A. Miller, E. Laurent, J-C. Maleval, F. Shejtman y S. E. Tendlarz. Colección Diva, Buenos Aires, 2014.
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